Tiempo: La optimización en motores de búsqueda (SEO) suele tardar unos 4 a 6 meses antes de empezar a mostrar resultados. Los anuncios pagos aparecen enseguida arriba de la página de resultados y el aumento de tráfico se ve casi inmediatamente.
Precisión: Google ofrece menos información para los resultados orgánicos que para los anuncios. Por ejemplo, no podemos saber los términos por los cuales nos buscan y nos hacen clic, y por cuales no. En Google Ads, todo eso y más se puede medir con mucho detalle. Además, con el seguimiento de conversiones de la plataforma paga podemos determinar qué palabras clave convierten y a qué costo.
Continuidad: Los esfuerzos de SEO son sostenibles a largo plazo aunque se deje de invertir o trabajar. Al contrario, el SEM necesita una inversión constante para mostrar los anuncios y generar tráfico.
Confianza: Los resultados orgánicos suelen generar más confianza y traer tráfico más relevante que los anuncios pagos. El primer resultado orgánico obtiene en promedio 30% de los clics, mientras que el CTR promedio para los anuncios de la red de búsqueda de Google Ads es de 2%.
Control: La plataforma de SEM de Google nos permite determinar que presupuesto queremos invertir por día. Además, podemos segmentar los anuncios por edad, sexo, dispositivo, ubicación, horarios y muchas más variables.